Desinfección de habitaciones Cloon

¿Qué es la desinfección? La importancia de saber desinfectar

La definición de desinfección es muy sencilla. En el caso de los productos Cloon cuando hablamos de desinfectar nos referimos al proceso químico por el cual se consiguen disminuir o erradicar los microorganismos patógenos instalados en objetos inertes. Del mismo modo, también se impide el desarrollo de aquellos patógenos que se encuentren en fase vegetativa. 

Este proceso ha de realizarse de tal modo que no afecte o comprometa la calidad de dichos objetos. Por ejemplo, si hablásemos de desinfectar un alimento, se trata de que el proceso sirva para asegurarnos de que su consumo no será nocivo mientras que el proceso permite mantener sus cualidades originales, como el sabor o calidad.

¿Por qué es importante desinfectar? 

La desinfección se ha vuelto más importante que nunca a raíz de la pandemia global provocada por el COVID-19. Mantenernos en ambientes desinfectados es la clave para no contraer o propagar esta enfermedad. Pero cuando hablamos de desinfectar, no nos referimos solo al COVID-19. 

Muchas personas confunden el acto de limpiar con el de desinfectar. Pero no es lo mismo. Un proceso de limpieza normal y corriente genera resultados visibles. La cuestión es que el proceso de desinfección es un proceso mucho más profundo y cuyo resultado no podemos apreciar con nuestros propios ojos. La desinfección se centra en la eliminación de microorganismos

Esto no significa que muchos productos que habitualmente se utilizan con funciones de limpieza no tengan la capacidad de desinfectar. Entre los productos que desinfectan que podemos encontrar en nuestro día a día cabe destacar el jabón, por ejemplo. 

Factores que influyen en la desinfección 

Ahora que sabemos qué es exactamente la desinfección, veamos qué factores influyen en la misma.

El primero a destacar sería la cantidad y localización de los patógenos. Obviamente, resultará siempre más complicado desinfectar una zona con alta concentración de microorganismos nocivos que otra cuya concentración podríamos considerar baja. Del mismo modo, si la zona resulta de difícil acceso, también será más complicado lograr la desinfección total. 

También debemos tener en cuenta la propia resistencia natural de los patógenos al proceso de desinfección. Algunos son más resistentes que otros, por lo que el proceso puede resultar más complicado de lo esperado.

Del mismo modo que existen patógenos más resistentes que otros, encontraremos desinfectantes más eficaces que otros. Por norma general, los desinfectantes más eficaces son aquellos que cuentan con una mayor concentración de su químico básico. 

No podemos olvidarnos de los diferentes factores externos que pueden influir en el proceso de desinfección. Una alta temperatura puede ayudar a desinfectar, siempre que no sea tan alta que pueda alterar al propio desinfectante. El pH también puede alterar la estructura química del desinfectante, haciendo que este no funcione como debiera. Incluso la humedad relativa puede alterar el proceso de desinfección si hablamos de desinfectantes en estado gaseoso.

Otro de los factores que influyen en la desinfección sería la presencia de materia orgánica. Ésta también juega a favor de los microorganismos ya que, por un lado, puede provocar una reacción química en algunos desinfectantes Por el otro, protege a los microorganismos. De ahí la importancia de limpiar antes de desinfectar, más aún si existe algún rastro de materia orgánica en el objeto a desinfectar. 

El tiempo de exposición al desinfectante será otra de las claves a tener en cuenta. Y, aunque es difícil citar un espacio de tiempo adecuado para este propósito sabiendo la multitud de variables a tener en cuenta, sí podemos decir que a mayor tiempo de exposición, mayor efectividad.

Y por último, debemos considerar al objeto que queremos desinfectar. Algunos materiales pueden verse afectados por la química de los propios desinfectantes.

Niveles de desinfección 

Podemos hablar de tres niveles de desinfección. La aplicación de uno u otro dependerá de las necesidades contextuales y coyunturales de desinfección que tengamos.

La desinfección de alto nivel: este proceso erradica microorganismos, hongos y esporas. Es el nivel más alto posible y puede realizarse tanto por inmersión del objeto en el desinfectante como con la ayuda de máquinas diseñadas para este fin.

La desinfección de nivel intermedio: con ella nos desharemos de bacterias, hongos y la gran mayoría de virus. El proceso puede realizarse de forma manual haciendo uso de derivados alcohólicos o derivados clorados.

La desinfección de bajo nivel: nos sirve para reducir la cantidad de bacterias, hongos o virus de las superficies. Al igual que la desinfección intermedia, puede realizarse de forma manual pero en este caso utilizando amonios cuaternarios.

En primera instancia podemos sentirnos tentados a realizar desinfecciones de alto nivel en nuestra casa. Pero lo cierto es que no se trata de una buena idea: esto puede generar resistencias naturales en los organismos que tratamos de eliminar, resultando contraproducente. Es por ello que su uso se limita a contextos sanitarios críticos. 

Lo recomendable en nuestras casas siempre será hacer uso de los niveles intermedio o bajo, dependiendo de las necesidades de nuestro propio entorno. Siempre será más recomendable una desinfección de nivel medio si tenemos un niño en casa, un enfermo, un anciano…

Características que debe tener un buen desinfectante 

No todos son iguales. Por eso, a la hora de elegir el desinfectante que mejor se adecúe a nuestras necesidades, lo ideal sería conocer las características que debe tener un buen desinfectante.

  1. Tiempo de contacto: Cada desinfectante requiere de un tiempo de contacto con el objeto a desinfectar para poder ser eficaz. En este sentido, un desinfectante que se secase o evaporase antes de cumplir su tiempo de contacto sería claramente ineficaz.
  2. Espectro microbicida: Como ya hemos visto, son muchas las amenazas en nuestro entorno. Y el hecho de no poder distinguirlas a simple vista hace imposible elegir un desinfectante específico. Por ello, lo ideal será contar con uno que sea capaz de eliminar al mayor espectro posible de microorganismos
  3. Nuestra salud: Sería contraproducente acabar intoxicado por el simple hecho de desinfectar. Por eso es muy importante elegir un desinfectante respetuoso con nuestra propia salud.
  4. Compatibilidad material: Ya mencionamos antes la posibilidad de que algunos desinfectantes reaccionen ante algunas superficies a tratar.  
  5. Medio ambiente: Hoy en día contamos con multitud de opciones capaces de protegernos a la vez que no dañamos nuestro entorno natural. Un buen desinfectante nunca será un contaminante

Productos que desinfectan 

Podemos hablar de muchos productos que desinfectan y los cuales son de muy fácil acceso. 

El agua oxigenada funciona muy bien como desinfectante de objetos de uso común, como nuestro teléfono móvil, el ratón del ordenador, teclado…

El alcohol es un gran desinfectante para la limpieza de superficies, así como para la desinfección de nuestras manos.

La lejía es un desinfectante de superficie bastante eficaz. Aunque hemos de recordar que para mantener su capacidad desinfectante activa, es necesario que la mezcla sea con agua fría a fin de no evaporar el cloro presente en el producto. También es muy importante ventilar tras su uso.

Por último, cabe destacar la gama de desinfectantes de Cloon. Se trata de unos desinfectantes ambientales de ambientes cerrados y de las superficies existentes en ellos, que además de desinfectar desodorizan dichos ambientes. Ideales por su gran capacidad de desinfección y su portabilidad, cuentan con diferentes formatos que se adaptan a multitud de necesidades.